María fue concertino de la Orquesta del Conservatorio y una de las ganadoras de la primera edición del Concurso de Jóvenes Solistas, una iniciativa que comenzó a celebrarse en nuestro centro en el año 2004. Ya desde muy joven demostró ser una alumna con un talento musical y violinístico realmente extraordinario, lo que le ha llevado ya a desarrollar una carrera profesional muy importante, como vais a poder leer a continuación.
A los once años comienza a recibir la inestimable ayuda del prestigioso violinista, director y pedagogo Amayak Dourgarian.
A los doce años da su primer concierto con motivo de la visita de los alumnos de la Escuela Juvenil de Arte de Sviatoslav Ritcher (Moscú) en el I Festival Internacional de Juventud Creativa, Asturias.
En el año 2003 recibe el segundo premio en el V Concurso Internacional de violín “Villa de Llanes”. Ese mismo año es seleccionada por el Principado de Asturias en la fase autonómica, para representar a la Comunidad en el II Certamen Nacional de Interpretación Intercentros.
María ha actuado como solista con diversas orquestas de Asturias y nacionales: la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de Gijón dirigida por Luis Gutiérrez Arias y Antonio Ribera; la Joven Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, bajo la dirección del maestro Yuri Nashuskin; la Orquesta Sinfónica “Odón Alonso”, con Dorel Morgu como director; la Orquesta de Cámara del Conservatorio Superior de Música de Oviedo “Eduardo Martínez Torner” dirigiendo José Estéban García Miranda, la “Sabugo Filarmonía de Avilés” con Rubén Díez y, recientemente, la “Orquesta Sinfónica de Gijón”, bajo la dirección de Óliver Díaz.
En el Teatro Jovellanos el 6 de junio de 2004, cuando tocó la Introducción y Rondó Caprichoso de
Saint-Saëns con la orquesta del Conservatorio en la I edición del Concierto de Jóvenes Solistas
María es miembro fundador del Trío “Allegro Appassionato”, con el que es galardonada y seleccionada como finalista en diversos concursos nacionales. Como miembro del Trío participa en la grabación del CD del 125 aniversario del Conservatorio Superior de Música “Eduardo Martínez Torner”, y en diciembre de 2010 estrenan la obra del compositor croata Davor Vince en la Musik Hochschule de Stuttgart.
En junio de 2008 acaba sus estudios en el Conservatorio Superior de Música “Eduardo Martínez Torner” con la calificación de Matrícula de Honor y en diciembre de ese mismo año es galardonada en los premios fin de carrera “Ángel Muñiz Toca”.
En febrero de 2009 obtiene el “premio a la mejor alumna que ha superado los estudios musicales durante el curso 2007/08 y que se ha distinguido por sus cualidades artísticas y su aplicación” de la Consejería de Educación del Principado de Asturias. En Junio de 2009 finaliza el Postgrado de Experto en Análisis e Interpretación musical de la Universidad de Oviedo con las máximas calificaciones.
En los años académicos 2009-2010 y 2010-2011 realiza en Alemania un “Máster de violín” con la profesora Judith Ingolfsson y un “Máster de música de cámara” con los miembros del reconocido “Cuarteto Vogler”, en el Conservatorio de Stuttgart, con la subvención de la Consejería de Educación y Ciencia del Principado de Asturias. Durante estos mismos años es admitida como becaria y ayudante en la Wurttemberg Philharmonic Orchestra Reutlingen, la Heidelberg Symphony Orchestra y la Saarländisches Staatstheater Saarbrücken, con las que colabora en numerosas ocasiones.
En septiembre de 2013 supera las pruebas de violín en la Orquesta Nacional de España, agrupación en la que trabaja en la actualidad.
Le pedimos a María que nos ofreciese un balance de su paso por el Conservatorio de Gijón, con sus recuerdos y vivencias de su etapa de estudiante, y esto fue lo que nos contestó:
Me han dado la oportunidad de poder contaros mi experiencia en el paso por el Conservatorio de Música de Gijón. Tengo que confesar, que la idea de abrir el baúl de los recuerdos no me entusiasmó, y es que es pensar en esos años y me entra una nostalgia…
He de decir que tuve mucha suerte con la época en la que me tocó estudiar allí, teníamos un grupo de gente muy “maja” y esto me motivaba y hacía que el esfuerzo que suponía salir del colegio para meterme otras tres o cuatro horas de clase, se convirtiera en un “planazo”.
Todos sabemos lo sacrificado que es estudiar música en un país en el que no se toman ni la molestia de ayudarte un poco a compaginar ambos estudios. Pero que sepáis que, aun así, merece la pena. Y aunque sabemos que no todo es de color de rosa, ya que el momento de acabar tu etapa de estudiante y apañártelas en el mundo laboral es… duro no, durísimo, me gusta pensar lo bonita que es la profesión. Sacrificada, sí, pero agradecida. No todo el mundo puede presumir de dedicarse a algo que hace feliz a mucha gente, algo con lo que la gente remueve sus sentimientos y algo cuyo fin es claro: emocionar. Y os lo dice alguien que ha tocado fondo varias veces, que se dedica a mendigar el deseado “contrato indefinido”(que parece que jamás llegará), que está disponible para tocar de lunes a domingo y de enero a diciembre… Pero que al hacer balance siempre llega a la misma conclusión: merece la pena.
No me quiero extender más, pero me gustaría aprovechar este espacio para dar las gracias a todas las personas que hicieron posible que en mi baúl, sólo existan recuerdos bonitos. Y quiero deciros a vosotros, estudiantes del Conservatorio de Gijón, que aprovechéis, que esos años sólo se viven una vez, y que seguro que para alguno de vosotros, al igual que para mí, serán los mejores de vuestra vida.
Desde aquí agradecemos a María su colaboración en la elaboración de esta entrada y le deseamos lo mejor para su ya espléndida carrera musical.
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